¿Y esta soy yo?
Ante el espejo, recién duchada, me lo vuelvo a preguntar... Me miro y me vuelvo a mirar, pero no veo nada, más allá de un cuerpo desnudo.
Me centro en la cara, en concreto en los ojos, ya que dicen que son el espejo del alma, y en realidad, es el lugar donde más miedo me da mirar, porque descubrirá todo lo que hay dentro de mi ser. Pero lo hago.
Allí estoy yo, de nuevo delante del espejo, mirando mis ojos. Unos ojos tristes, que no saben a donde mirar para evitar esa tristeza. Y qué puedo hacer. Me miro y sonrío, pero sé que esa no soy yo. Esa sonrisa no me pertenece, por lo menos aún no.
Pero despierto de esa pesadilla. Abrumada por el miedo del conocimiento de uno mismo y por la pasión por el mismo.
Cada día, y después de esa pesadilla, me miro ante el espejo y sé que estoy allí de nuevo. Que la transición hacia una nueva forma de vida esta en camino y que poco a poco conseguiré hacerme fuerte, y evitar de nuevo esa inseguridad ante la cuestión ¿quién soy yo?
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