miércoles, 14 de abril de 2010

La azotea

Y en la azotea me suelta la bomba:

"Ya no te quiero"

Y miles de ideas empiezan a correr por mi mente atropellándose unas con otras: cómo nos conocimos, nuestra primera cena juntos, de nuestras nuestros viajes, de nuestra primera noche juntos... y de nuestra última noche juntos en la que todo parecía normal, en la que nos íbamos a comer el mundo juntos para que luego me diga esa frase.

"Ya no te quiero" se queda grabada en mi mente y se repite constantemente y una y otra vez su voz me dice que "ya no me quiere".

Pero por qué no me entere de que algo iba mal, estaba tan absorbida que no era capaz de darme cuenta de lo que pasaba.

En esa azotea, en ese momento.

"Ya no te quiero"

Y sale dándome la espalda, no puede ni mirarme a los jos, y sola, plantada en aquella azotea donde creía que iba a comenzar mi vida con él me doy cuenta de que una parte ya no esta en ella, y mirando al vacío me caen las lágrimas y sé que nunca más estará conmigo.

Y me siento.

Y pienso.

Me tiro, no me tiro, me tiro, no me tiro... en medio de un mar de lágrimas y ...

No me tiro.

Salgo corriendo de la azotea, bajo las escaleras como una loca, cojo el coche, me siento y miro a mi alrededor donde solo veo silencio y soledad.

No pienso.

Actúo.

Lo pongo en marcha y huyo de ese lugar.

Qué haré, no lo sé.

A dónde voy, no lo sé.

Sólo quiero huir, alejarme de todo.

Y le odio. Le odio por hacerme confiar en él. Por hacer que le quisiera. Por hacer que me olvidara de todos mis problemas. Por querer pasar todo el tiempo conmigo. Por todo lo que le pude llegar a querer. Por no tener miedo a su lado. Por todo y por nada.

Te quise y me prometiste que nunca me ibas a romper el corazón y lo hiciste. Por qué y cómo fuiste capaz de romper nuestra promesa. Quiero respuestas.

Me voy a un lugar alejado, donde nada me recuerda a él y, pienso sólo pienso, en todo lo que eramos.

Y vuelvo al lugar donde comenzó todo. La azotea. Busco explicaciones y no las encuentro.

Pero allí estoy segura.

Me siento, lloro y vuelvo a mirar al vacío en busca de un por qué, que sin él será imposible responder.

Me vuelvo a sentar. Y sin más con toda la fuerza que soy capaz de coger me marcho de ese lugar, sin mirar atrás como él hizo, en busca de algo nuevo.

Quiero dejar atrás todo el miedo que ahora se encuentra dentro de mí y que apenas me deja respirar para encontrar algo que me haga sentir otra vez.